Pablo, que vive en el Chalet de APADIS, nos cuenta su viaje de fin de semana con unas amigas, como cualquier persona. Gracias a proyectos como “Mi Casa: Una Vida en Comunidad” hacen que la vida de personas como él transcurra en comunidad, de forma normalizada.
A medida que el proyecto continúa desempeñando un papel crucial en nuestra comunidad, es esencial reconocer su capacidad para crear oportunidades de conexión y enriquecimiento personal.
Las historias como la de Pablo, con grandes necesidades de apoyo, son testimonio del impacto duradero que este proyecto tiene en la vida de quienes enfrentan grandes desafíos.
En resumen, “Mi Casa: Una Vida en Comunidad” no solo brinda actividades enriquecedoras a la comunidad, sino que también se destaca como un lugar donde las relaciones florecen, se mantienen, y la alegría se comparte.
La experiencia de Pablo y sus amigas es un recordatorio de que, a través de la inclusión y el apoyo mutuo, todos podemos encontrar la camaradería y mantener nuestras relaciones en nuestra comunidad.
Una acción dentro de ‘Mi casa: Una vida en Comunidad’
Este fin de semana de Pablo, está englobada dentro de las acciones del proyecto ‘Mi casa: Una vida en Comunidad’ que está desarrollando APADIS, en San Sebastián de los Reyes.
‘Mi Casa: Una Vida en comunidad’ es un proyecto de innovación social de Plena Inclusión para promover la vida en comunidad de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo que necesitan más apoyos.
En ‘Mi Casa, una vida en comunidad’, participan 32 asociaciones de Plena inclusión en 7 comunidades autónomas Aragón, Canarias, Castilla La Mancha, Cataluña, Extremadura, Comunidad de Madrid, y Región de Murcia.
En la Comunidad de Madrid, participan 5 entidades miembro de Plena Inclusión Madrid: Afanias, Apadis, Fundación Aprocor, Fundación Gil Gayarre y Pauta. Está financiado por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, a través de los fondos NextGenerationEU de la Unión Europea
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