Desde el COFOIL de APADIS se organizó este día para poder compartir con niños y niñas la vida en el centro, normalizando así la discapacidad intelectual y acercándola a su día a día, fomentando que conozcan todo lo que pueden aportar las personas que forman parte de la entidad.
El pasado 23 de diciembre, desde el COFOIL de APADIS se organizó el día de la familia. Este día está pensado para que las familias de los y las profesionales, en concreto los niños y niñas, puedan acudir al centro y realizar diferentes actividades con las personas con discapacidad intelectual.
NORMALIZANDO LA DISCAPACIDAD INTELECTUAL
Este día, que lleva celebrándose tres años, supone una jornada de puertas abiertas en las que se busca como objetivo que niños y niñas puedan conocer el trabajo que llevan a cabo sus familiares, pero también que sirva como sensibilización para incluir y normalizar la discapacidad intelectual y del desarrollo.
En este día, niños y niñas comparten espacios y tiempos con las personas con discapacidad, fomentando su inclusión y reforzando que pueden participar en todo aquello que les rodea, como cualquier otra persona que forma parte de la comunidad. De esta manera, buscamos que puedan interiorizar que todas las personas forman parte de la sociedad en la que vivimos, y que pueden responsabilizarse de llevar a cabo determinadas tareas, al igual que cualquier otro adulto.
ACTIVIDADES Y CELEBRACIONES
Llevaron a cabo diferentes actividades como cocinar, taller de pinta-caras, taller de macetas, o elaborar papel reciclado. Compartieron actividades con las personas que asisten a COFOIL pero también con otras personas que forman parte de otros servicios de APADIS, haciendo así partícipes a muchos otros compañeros.
Además, las personas que forman parte del centro y entre las que trabajar con infancia forma parte de sus objetivos laborales, pudieron poner en práctica sus habilidades para conseguirlo.
Fue un día muy emotivo y alegre, tanto para los profesionales y sus familias, como para las personas con discapacidad. Todos los niños y niñas disfrutaron mucho de las actividades y pudimos jugar y celebrar juntos. Además, los más pequeños nos enseñaron, una vez más, que la infancia normaliza la discapacidad más de lo que lo hacemos los adultos.
Seguimos reforzando una tradición que esperamos podamos disfrutar durante mucho años más.